En portada: Imagen de The Bolivia Llama Party
Hace unos días tuve una acalorada discusión en Facebook acerca de las zapatillas que Pharrell Williams lanzó con Adidas VS los zapatos artesanales de aguayos que encuentras en la calle Sagarnaga en La Paz, o en el pasaje de artesanías de La Cancha en Cochabamba.
La discusión fue por un comentario que hice sobre cómo estas zapatillas, inspiradas en diseños bolivianos, se convirtieron en un hit de edición limitada con un precio de más de USD 1.000.
El hilo de la plática se dirigió hacia ¿quiénes tienen la capacidad de hacer un «hit»? ¿Acaso solo se trata de Creatividad? ¿Pequeños productores también podrían hacerlo o todo se trata de super presupuesto?
Para algunos amigos no se trata de creatividad. Según ellos la creatividad ¡Existe! Para ellos se trata de condiciones de mercado en la que ciertas cosas venden y ciertas cosas NO venden. No porque sean mejores o peores, sino simplemente porque no existe una oferta con capacidad competitiva.
Otro amigo me decía que es debido a la falta de impulso tecnológico y asesoría necesaria para hacer mejor las cosas. Si esto no se mejora, los pequeños productores continuarán vendiendo los zapatos típicos de toda la vida, sin realizar mejoras.
Todos tienes razón. Sin embargo creo que es mucho más meritorio abstraer tu inspiración, transformarla y darle un valor agregado que sea auténtico. Esto es más difícil que recortar un agüayo y pegarlo a un par de zapatillas.
Con esto no quiero menospreciar nuestros textiles. PARA NADA, amo los textiles y entiendo su complejidad. La gran Aru Ma es un gran ejemplo del potencial que tienen. Ella compara los tejidos/textiles con la tecnología:
«El telar es una máquina de pensamientos porque dentro de la estructura misma tienes códigos, algoritmos, o sea que más bien lo entiendes como un sistema y no como algo iconográfico.”
Pero no se trata de tejer de forma más compleja; se trata de crear algo que sea complicado de copiar. Algo que:
- Tenga calidad. Esto es básico, pero lamentablemente en muchos países esto no se da de forma intrínseca.
- Tenga un concepto. Que se base en la inspiración y en el ¿Por qué del producto?
- Tenga diseño. Que cuide de la estética del producto.
¿Pequeños productores podrían hacerlo?
Que el producto sea conocido de la noche a la mañana como las zapatillas de Adidas: NO. Pero quizás sí de forma progresiva y a un nicho de mercado.
Algunos ejemplos de pequeños diseñadores bolivianos que admiro mucho son:
VeruDesigns
Esta diseñadora vive en Filadelfia USA. Se puede notar el cariño que le dedica a su trabajo. Lo notas incluso cuando visitas su sitio web, cuando lees su blog o cuando abres alguna de sus newsletters. Es creativa, exquisita y sus productos son únicos.

Creo que ella es un buen ejemplo de inspirarse en tejidos bolivianos, para crear joyeria en masilla polimérica.
Diabla
Estas chicas brillantes, se inspiran también en los tejidos y los colores andinos para crear un tipo de joyeria bastante particula. Hace poco estuvieron en en la rueda de negocios en la Expo Milan, también estuvieron en el Bolivia Moda de Santa Cruz y La Paz.
Folk de los pueblos
Esta marca la conocí en una exposición de textiles en el Matadero Madrid. Empezaron con bolsos y cosas pequeñas. Ahora tienen hasta zapatos muy bien hechos. Hacen buena curaduría en sus productos y se venden bien en La Paz. Ellos si usan el textil como tal, pero aún así los tejidos que tienen sus únicos y el diseño de sus productos son difíciles de imitar.
La Espina
Me enamoré de esta marca cuando vi que sus telas tenían cierto parecido a los tejidos J´alqas. Su prendas están inspiradas en las vestimentas de bailes típicos Bolivianos. Sus productos se pueden encontrar en La Paz, Tarija y Santiago de Chile. Alguna vez les compre algo por Facebook y la experiencia fue agradable.
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Estos son algunos diseñadores bolivianos que tienen una buena recepción en mercados externos. Son ejemplos que nos enseñan que para transformar una idea de forma creativa no se requiere de un super presupuesto.
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